lunes, 29 de octubre de 2007

¿Y AHORA QUÉ?

Es bastante difícil en este momento, ante el cansancio del viaje y el trajinar del día, pensar ¿qué hago yo acá?, y es quizás en la respuesta a esta pregunta, es decir en el hacer un alto y ponerme a reflexionar en los porques de mi vida, lo que me va a permitir retrotraerme en mi historia como docente.
Comencé el profesorado como una alternativa, no podía ir a vivir a la ciudad para asistir a la universidad, tenía mis hijos muy pequeños, así que entre pañales, idas y venidas a la casa de mis padres fui cursando el profesorado.
Bueno, ya estaba, era profesora y fue justo en ese momento cuando me empecé a preguntar ¿y ahora qué?, y así un poco por las ganas, otro poco por la necesidad de obtener un buen lugar en la lista para poder comenzar a dar clases, estaba de nuevo estudiando, y casi sin darme cuenta me encontraba día tras día enfrentando nuevos desafíos.
Compartiendo momentos con mis hijos, dejándolos muchos otros, seguí y seguí estudiando, ellos ya eran mas grandes y no podían entender muy bien porque yo tenia “pruebas”, “señoritas” y como ellos iba a la escuela; pero creo que hoy bastante más acá en el tiempo, ya están tan acostumbrados a verme siempre con libros, papeles, y a las corridas que no me imaginan de otro modo.
Dejando bastante en el camino, pero con la meta muy clara, esperaba o mejor dicho soñaba con el momento en el que estaría frente a un curso, enseñando, aprendiendo, o como lo iba a descubrir mas tarde, siendo, haciendo, tratando cotidianamente de encontrar nuevas respuestas, de ensayar posibles “soluciones”.
Y así de pronto, después de un no tan largo sueño, por esas cosas que uno nunca sabe, si es cuestión de suerte o del destino llegaron a mi provincia las jubilaciones masivas, y de un día para el otro, estaba en el aula y con el máximo de horas.
Por esa época fue que nació mi hijo más pequeño, ya no estudiaba, pero igual en mi casa convivían, libros, carpetas, pañales y mamaderas, me tome un tiempo, me prometí a mi misma una y otra vez que ya era suficiente, de ahora en mas solo me dedicaría a dar clases y a mi familia que tantas veces había sido postergada por el estudio.
Parecía que este era mi final, aquello que tanto había esperado, ansiado y deseado, lo había logrado, pero no fue tan así, de nuevo, apareció en mi vida ¿y ahora qué?, así fue que buscando nuevos caminos, anhelando vivir otras experiencias, imponiéndome mayores desafíos, fue que, un día en la escuela donde yo trabajo, salio la convocatoria para ser coordinador CAIE, y casi sin dudarlo me dije, bueno allá voy…
De este modo tropezando, cayendo y levantándome cada vez que hizo falta, llegue hasta hoy, mis hijos mayores ya adolescentes, el pequeño, un
“sabandija” de dos años y medios
Este es mi presente, algunas veces incierto, complicado, muchas otras exigido, pero a la vez gratificante y enriquecedor; ya que cotidianamente el ser coordinadora CAIE, me abre nuevos espacios y lo que es mas importante, me permite seguir siendo, en esto de la docencia, que comenzó como una alternativa, pero hoy mirando hacia atrás, el camino recorrido, y las experiencias vividas, no puedo dudarlo ni por un momento que esta fue una muy buena elección, ya que en el aquí ahora me es imposible pensarme de otra manera que no sea siendo docente.

Ariana González

No hay comentarios: