martes, 6 de noviembre de 2007

Narración de Claudia

TU VIDA VALE

Así se llama, o tiene como título uno de los proyectos que tenemos, junto con otras colegas en el colegio donde trabajo, y un día me puse a pensar que sí vale la pena, lo que hacemos. Todo surgió de porqué no hacer un taller de adicciones para “los más grandes”, así les decimos a los cursos de la especialidad, y le dimos la prioridad a los alumnos de 6º año para que eligieran ellos los temas que querían escuchar en una charla, y así lo hicimos, salió el tema de alcohol y tabaco. La charla con el médico encargado del hospital fue buena pero lo que más me impactó a mí y a mis compañeras fue la llegada del teatro. Por intermedio del párroco de la comunidad trajimos un espectáculo unipersonal acerca de las adicciones, donde con un muy buen manejo de grupo nos pintó la vida adolescente, la de papás, la de profes y todo lo bueno y malo que tiene hoy la noche, y le día para nuestros hijos y alumnos. Los chicos estaban como abstraídos, no sé si es esa la palabra justa, el paso de la alegría al llanto, a asentir con la cabeza en aciertos y desaciertos de ese actor que los pintaba de pies a cabeza. El silencio con mucho ruido interior que corría por ese salón de la parroquia donde se realizó la muestra y una vez más a través del teatro, se les movieron los cimientos de su vida, hubo llantos y risas, alegrías y desencantos, quizá alguna que otra identificación, un abrazo partido y compartido con el que estaba al lado. Todos fuimos por el sendero de los sentimientos de sentirnos “tocados” en ciertos comportamientos, nos trajo recuerdos pero el “golpe” fue la cara de los chicos, porque en esa representación vimos sus caras de alegría y luego pudimos ver lo que necesitaban, quedaron en silencio, y luego estalló el aplauso, hoy no se olvidan de lo que vieron, pero más aún de lo que sintieron. Esto no sé en este momento con qué lo relaciono, en cuanto a conocimientos teóricos que aprendí en la docencia, pero lo que sí afirmo es que nunca se imaginaron verse representados así, no sé si tomaron conciencia de lo malo de las adicciones pero sí consideraron el valor del la amistad, del abrazo, de ese amigo que está sin decir a cada rato que es su amigo. Y luego decidimos plasmar lo que sintieron, como ellos quisieran, a través de dibujos, pinturas, cuentos, etc. Y logramos algo hermoso, descubrimos la gran necesidad de afecto y cariño que, en algunos casos, no tienen; el pedido de ayuda que no tienen de padres y familias, los consejos de sus padres, lo bueno que es que algunos estén “guiados” y hasta como dicen ellos “perseguidos” pero en los escritos agradecieron a sus papás por lo que le dan, otros reclamaron falta de afecto, agradecieron a nosotras, las docentes que les dimos la oportunidad de pasar de la risa al llanto en tan sólo una hora de su vida, esto desprendió un rincón de ese taller en la escuela donde hay teatro, dibujos, cuentos, historias de vida que quieren contarles a los “más chicos” y el consejo de ellos mismo “ profes, porque no se lo hacen a los más chicos”, “a ellos también hay que prevenirlos”, “ porque no a nuestros padres”… todas esas frases escuchamos a lo largo de ese día y durante esa semana, y hoy, ya casi terminando el año, estamos por hacer nuestro libro de experiencias de taller, para recordad, para cambiar, para mejorar, con los alumnos que quedan y ese 6º que se va, se lleva en el corazón una experiencia (como dicen ellos) “re buena de la escuela” y el reclamo de ellos que se van, porque ahora y no antes, y de los que se quedan que sigamos haciéndolo. Y esas cosas hacen la unión que tenemos entre los chicos y nosotros. Así seguiremos trabajando, en años venideros con TU VIDA VALE porque la VIDA DE ELLOS VALE, y vale mucho.

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